viernes, 5 de agosto de 2011

Espero les guste esta historia, las quiero brujitas !!!

Yili y Yaya
Comienza la aventura….alguien dijo brujas

Era un día perfecto el primer día de clases, la maestra Ángeles tendría este año a un grupo muy especial, era un grupo de niños de diferentes países, que lo único que tenían en común era la edad; para ella sería un reto lograr que todos aprendieran, no sólo las lecciones, sino que aprendieran unos de otros y lograran ser amigos.

El grupo era pequeño, así que empezó a leer los nombres de sus nuevos alumnos: Jennifer, Lolita, Carmen, Marcelo, Luis, Johanna, Nora, Maggie, Teffy, Malena, Karina (a la que le gustaba que le llamaran Lu), Silvana, Cryss, Nelson, Santiago, Rolando y había dos pequeñas hermanas de nombres muy divertidos eran Yili y Yaya.

La maestra Ángeles, pensó que sería un estupendo año; así que tomó sus libros y fue para su salón, ahí estaban todos lo pequeños con los ojos fijos en ella; se saludaron con los buenos días y la maestra se presentó:
- ¡Hola! Soy la maestra Ángeles y estaré con ustedes este año, así que necesitó que cada quien se presente y diga su nombre y que es lo que más les gusta hacer, para que sus compañeros los conozcan.

Cada uno se presentó y dijo de dónde venía y que era lo que más les gustaba, había de varios países, esto ayudaría mucho para conocer cómo viven en otros lugares.

Todo marchaba bien los niños parecía que se iban adaptando a la nueva escuela y a su maestra, cuando llegó la hora del almuerzo todos salieron corriendo tan deprisa que despeinaron a la maestra.

Todos salieron menos las hermanas, ellas permanecían sentadas viendo como la maestra trataba de poner un poco de orden en su cabello; un poco intrigada les preguntó que hacían ahí, que era la hora del recreo y debían salir al patio.

Les dijo, es un día precioso, se acercó a la ventana y contempló el patio lleno de niños, corriendo, brincando, sin duda era un hermoso día, cuando volteó para decirles que las acompañaba las niñas ya no estaban, miro cerca del armario pero no había señales de las niñas, y dijo juraría que estaban aquí sentadas, no me di cuenta a que hora salieron, vaya que estoy distraída.

En el patio los pequeños empezaban a ser amigos, Silvana y Carmen estaban tiradas bajo un árbol platicando, parecían tan divertidas sus risas se escuchaban por todo el lugar, Johanna y Maggie se divertían en los columpios, se impulsaban tan alto que querían tocar el cielo, los niños jugaban futbol, Marcelo era el capitán del equipo y los demás lo seguían, parecían de verdad jugadores profesionales o eso quería pensar su nueva maestra.

Todos se divertían, todos…..menos las dos pequeñas, que estaban apartadas de todos y leían un libro entre ellas; a la maestra le gustó la idea de que leyeran, ése es un buen hábito, pero no era bueno que ellas estuvieran solitas, debían integrarse al grupo.

Pero bueno, era el primer día, habrá que darles tiempo para que lo hagan, cuando sonó la campana, todos regresaron al salón tan deprisa como habían salido, casi llevándose a la maestra entre todos, sólo regresó para llamar a las niñas Huxley, que seguían con su lectura, les grito Yili, Yaya vengan ya es tiempo.

Se dio media vuelta y se dirigió al salón, cuando entró quedo sorprendida al ver a las niñas sentadas en sus lugares, juraría que no las había visto entrar, pero eso no era posible, seguramente se había distraído, la situación la estaba poniendo un poco nerviosa, había algo en esas pequeñas que le estaba causando un poco de curiosidad, como podían ir deprisa de un lugar a otro.

Avanzó el día y la maestra les pidió que de tarea llevaran al siguiente día, una fotografía de cada uno para ponerla en la lista de la pared, todos se pusieron muy contentos de la idea de la maestra, así todos podían conocerse mejor.

Al salir de clases algunos ya habían hecho amistad con alguien, no así las niñas Huxley, seguían encerradas en ellas.

Al día siguiente llegaron todos muy contentos con sus fotografías, todos menos Teffy, cuando la maestra Ángeles llegó y se saludaron, ella pidió una a una las fotos para pegarlas en la pared, Yili vio que Teffy estaba muy preocupada, triste y que había empezado a llorar.
Yili le preguntó ¿qué tienes Teffy, por que lloras?

Teffy le dijo que la foto se le había quedado en casa, y no había manera de ir por ella, a Teffy le gustaba llevar siempre su tarea y se sentía muy triste por haberla olvidado, Yili se preocupo mucho por la situación de Teffy así que se acerco a Yaya y le platicó todo.

Así que juntas idearon un plan para ayudar a Teffy, ellas no podían ver sufrir a su compañera, la tenían que ayudar pero ella debía de saber un SECRETO, el gran secreto de las Huxley.

Así que llevaron a Teffy al baño, al principio ella estaba muy asustada porque no sabía que tramaban las niñas, que eran un poco raras; cuando estuvieron solas las niñas le preguntaron a Teffy que si ella creía en la magia, Teffy se intrigó y les dijo que un poco, ellas les explicaron que su familia era un poco diferente a las demás, ellas venían de un lugar donde reinaba la magia, su gran secreto es que ellas eran BRUJAS ¡!!

Teffy dio un grito, que las dos le taparon la boca, ella quedó paralizada y aterrada, ellas le dijeron que eran brujas, pero no hacían daño a nadie y que ellas querían ayudarla para traer su fotografía, el plan era que Yaya detuviera el tiempo y Yili llevara volando en su escoba a Teffy hasta su casa, para traer la foto.

Teffy accedió a realizar el plan, Yaya dijo el hechizo: Arizari dulce contento, arizamesa que se detenga el tiempo ¡!!!!
Y en un momento el tiempo se detuvo, todos se quedaron congelados, Yaya les recordó que el hechizo sólo duraba unos minutos, así que Teffy y Yili, salieron volando en su escoba, Teffy se abrazó a Yili mientras ésta se reía sin parar, era muy divertido ver como su nueva amiga estaba tan asustada.

Como de rayo llegaron a casa de Teffy y tomaron la foto, regresaron rápidamente a la escuela con Yaya, ella las esperaba en el baño, cuando llegaron les dijo, justo a tiempo faltan sólo unos segundos, 5, 4, 3, 2 ,1 listo y todo volvió a la normalidad, las hermanas Huxley le hicieron prometer a Teffy que les guardaría el secreto, y ella aceptó ahora serían amigas, salieron del baño deprisa y volvieron al salón, la maestra se extraño al ver entrar a las tres niñas, pero le dio mucho gusto ver risas de complicidad entre ellas, las niñas Huxley tenían por fin una amiga.
Cuando nombraron a Teffy ella pasó y entregó su foto, cuando regreso a su lugar miro a sus amigas y les sonrió, las brujitas no dejaban de sonreír también, ellas tenían una amiga, que conocían su secreto y que ahora sería parte de sus aventuras.

Yaya

Yili